Cuando usted ordena sus finanzas a través de una adecuada planificación de metas a corto, mediano y largo plazo, debe diseñar los medios para alcanzarlas, elaborar su presupuesto y controlar sus gastos para que, de esta manera, usted pueda tener mejor certeza de lograr lo que se proponga. Para ello, tome en cuenta los siguientes pasos:

¿Sabe usted cuántos ingresos y gastos tiene?

Si no lo sabe, es hora de que lo haga y evalué cómo está usted gastando su dinero. A veces puede incurrir en gastos cotidianos que usted cree que no tienen un impacto real en su presupuesto, gastos como el almuerzo fuera de casa, esa salida no planificada de fin de semana, o esa salida al supermercado en dónde no se ajusta a una lista de compras.

Reconociendo su actitud frente al uso del dinero

¿Está usted satisfecho con la forma en que gasta su dinero?

Antes de responder lea la siguiente afirmación:

“Soy una persona satisfecha con mi nivel de vida, pues vivo cómodamente. No dependo de nadie para obtener mis ingresos, ni tampoco tengo deudas con nadie, tengo ahorros y previsiones para una vejez tranquila y al faltar yo, mi familia no tendrá problemas económicos para sobrevivir con tranquilidad”.

Si su respuesta es afirmativa lo felicitamos por lograr la libertad financiera, si no es así, sepa que quienes gozan de esa libertad son la minoría, por lo que es necesario identifique cuál es su comportamiento frente al uso del dinero.

Ahora bien, si su caso no es el anterior, cuando usted recibe su sueldo, ¿Tiene claro cómo va a distribuir su dinero hasta recibir su próximo pago? ¿Tiene deudas que debe pagar?

Cuál de los siguientes comportamientos lo define mejor:

  • Se cómo voy a distribuir mi dinero, entre las compras, pagos a escuela, préstamo, tarjeta de crédito, ahorro, consumo, servicios públicos y otros. Tengo todo muy claro y por escrito.
  • Más o menos se lo que debo pagar, pero no tengo por escrito la distribución de mi sueldo.
  • Para nada, lo primero que hago es irme a celebrar con los amigos o familia y luego voy viendo pagos y compras a medida que pasa el tiempo.

Si su comportamiento se parece más al inciso “a”, lo felicitamos, pues tiene un comportamiento prudente con el uso del dinero.

Si su comportamiento se parece más al inciso “b” o “c”, es hora de tomar riendas sobre el asunto y que usted asuma una actitud más responsable en el manejo de su dinero, para bien suyo y de su familia.